Uno
de los cambios más grandes que he expirementado en los últimos años fue empezar
a trabajar en la tienda Old Navy de Plaza Las Américas (PLA) en febrero del
2012. Yo comenzé trabajando para Old Navy de Plaza Carolina (PC) en Agosto del
2009, a la misma vez que comenze la maestría y a la vez que trabajaba en el
programa PeAF. Mi traslado se debió al cierre de la sucursal de PC en Enero del
2012. Esta tienda cerró a pesar de estar cumpliendo con sus meta de venta por
diferencias con la administración del centro comercial, así que nos tomó a
todos los empleados por sorpresa.
Los
gereciales de la tienda nos reunieron a principios de enero para informarnos
del cierre de la tienda a fin de mes. En ese momento, no podían ofrecernos
garantías de empleo a nadie, ni ofrecer recomendaciones para otros empleos
debido a políticas de la compañía. La noticia del cierre coincidió con mi
ultimo semestre bajo el programa PEAF, lo que significo que en ese momento, Old
NAvy era mi única fuente de ingreso. En los próximos días, los gerentes nos
preguntaron a todos los empleados que nombraron hasta 3 posibles opciones entre
las 6 restantes sucursales en PR para las cuales estuviéramos dispuesto a
trabajar, pero todavía sin garantías para nadie. Afortunadamente, se nos pudo
ofrecer a todos los empleados permanentes entre las sucursales de Escorial,
Plaza del Sol y Las Américas.
Una
vez tuve la seguridad de empleo en PLA la resistencia al cambio tomo otro giro.
En PC eramos alrededor 40 empleados y 6 gerenciales, mientras en PLA eran unos
150 empleados y 14 gerenciales. Las ventas anuales de PC se estimaban en los
1.7 millones, mientras en PLA alrededor de las 15 millones. El volumen de
mercancías y de clientes era substancialmente más alto, por ende la presión en
los empleados mayor. Inclusive, varios empleados de PC habían trabajado en las
Americas y todos coincidan que no quiesieran volver allá, no sólo por la
presión sino que describan el ambiente laboral como uno tóxico, que se
diferenciaba del compañerismo que permeaba en nuestra tienda. Fue difícil
aceptar este cambio, e inclusive considere no aceptar esta oferta como hicieron
varios de mis compañeros.
A pesar de tener
2 años y medio de experiencia en la misma compañía, me tomo varios meses
acostumbrarme al ritmo de trabajo, a los empleados y al trato de los gerenciales
en mi nueva tienda. No sólo estos elementos externos, sino que tuve que
básicamente empezar de 0 en los ojos de mis nuevos jefes. Durante el proceso de
translado, mis jefes de PC me recomendaron altamente como uno de los mejores
empleados, lo cual me beneficio y a la vez fue en mi contra.
El nuevo ambiente afecto grandemente mi
actitud hacia este trabajo. En varias ocasiones diferencias con empleados y
gerenciales me han hecho querer renunciar, pero hasta ahora he decidido
permanecer. Después de un año, estoy familiarizado con el funcionamiento de
esta sucursal y me he acostumbrado al nuevo entorno. ME ha ayudado durante este
proceso que la compañía tiene un sistema de traslado y manejo de empleado sólido
y uniforme.
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